El otro día me di cuenta que mi amiga Judit Somos es la húngara más argentina que conozco. Es esa que sabe a qué me refiero cuando busco inútilmente un alfajor en el kiosko, o recorro con la vista el menú de un restaurante con la falsa esperanza de encontrar una empanada de carne cortada a cuchillo. También es la que me habla de "vos", pronuncia la "ll" con "ye" y no dice "falda" sino "pollera". Ironías del destino, con Judit fuimos vecinas en el porteño barrio de Almagro. Aunque por aquella época no nos conocíamos, son altas las chances de que nos hubiéramos visto en el supermercado o cruzado en la estación Medrano del Subte A.
Judit -además de ser como les dije la húngara más argentina que conozco-, es una gran bailarina de tango.
-¿Esa sos vos?-, me acuerdo que le pregunté apenas la conocí cuando me mostró unas fotos en una milonga. Estaba irreconocible, con esa expresión que sólo tenemos cuando hacemos las cosas que más nos gustan, esas que llenan de sentido nuestros días. Es que Judit se transforma al ritmo del 2x4.
Creo que no es casualidad que sí nos hayamos encontrado en Budapest. Desde que llegué a tierra magyar, conociendo a muy poca gente, el baile fue mi vía de escape. Empezando por la salsa, probando danzas folklóricas húngaras (que definitivamente no fueron para mi), siguiendo por el jazz y el ballet (sí señores, también se puede empezar ballet a los 30 años). Claro, cada tanto recibía la misma pregunta: ¿También bailás tango?”. Y no. No bailo tango. Aprendí lo básico dos o tres veces, en el colegio secundario y en alguna clase abierta que fui con amigas, pero nunca seguí.
No sé muy bien porqué (tampoco se si vale la pena encontrarle una explicación), pero hace apenas una semanas decidí que era hora de empezar. Se que suena un poco extraño que una argentina viaje 12 mil kilómetros para aprender tango. Pero bueno, por lo menos no pueden decir que no soy original!
Judit y Bela, su pareja de baile, tienen una extraña habilidad para hacer parecer las cosas mucho más sencillas. Para ayudarnos a que dejemos de pensar en pasos predeterminados, en “undotrescuatro”, para dejar fluir los movimientos uno tras otro. Mucho más no puedo contarles porque este viernes es mi tercera clase, pero espero en pocos meses poder estar milongueando por las noches de Budapest (y también las porteñas).
Como toda buena compatriota, Judit también extraña esas callecitas que tienen esenosequé. “Buenos Aires esta viva, es una ciudad con un ritmo propio. Pero es algo que no se puede explicar, como el tango. Recién escuchaba una entrevista a una pareja de bailarines muy famosos. El hombre decía que si abrís una partitura de tango y la tocás va a sonar como una marcha, pero que está en uno ponerle onda para que suene como un tango. Con Buenos Aires es lo mismo, podés tratar de describirla pero eso no explica cómo es en realidad. Tiene esa magia que no se puede tranasmitir con palabras”.
Bueno, volviendo a las clases, les comparto una descripción de su técnica, sumado a una breve biografía de Judit y de Bela. Prometo actualizar con un nuevo post cuando pueda dar mis primeros pasos en una verdadera milonga!
La mayoría de las diferentes tendencias del tango argentino moderno están inspiradas en las técnicas de contact improvisation. Esta joven pareja tiene una importante experiencia internacional y busca reinterpretar el baile del tango. Durante las clases los participantes aprenden a través de ejercicios de contact improvisation y poco a poco van conociendo los pasos más estructurados del tango argentino. Los profesores buscan la conexión y la improvisación, desarrollando la creatividad y la armonía tanto en la danza contact como en el tango.
Judit Somos: Ya desde niña la parte más importante de su vida era el movimiento. Practicó distintas clases de deportes: desde el baile, hasta esgrima o equitación. También se perfeccionó, y aún lo sigue haciendo, en ballet y danza jazz, entre otros géneros. Fue en 2001 cuando comenzó su historia con el tango argentino. Desde ese momento bailó en escenarios como el del Teatro Nacional de Danza, la Casa de la Opera o el Palacio de las Artes en Budapest. Vivió en Buenos Aires en 2005 y 2006 y allí aprendió de grandes maestros como Pablo Villaraza y Dana Frígoli, entre otros. En simultáneo bailaba en la cena-show del Bar Sur, un clásico de la escena rioplatense. Cuando regresó a Hungría, en 2007, continuó enseñando junto a Áron Ecsedy.
En 2010 comenzó una nueva etapa como bailarina, junto a Béla Barabás. En él pudo encontrar una pareja para intentar correr los límites y crear un estilo único basado en la creatividad, la musicalidad, la armonía y la conexión perfecta.
Béla Barabás: Fue un exitoso deportista tanto en las artes marciales como en esgrima competitiva. Desde 2008 se dedicó con perseverancia a formarse en el tango, viajando por toda Europa para participar en prestigiosos seminarios (sobre todo en el llamado tango nuevo) y para tomar clases particulares con importantes maestros argentinos. Entre otras influencias, se inspiró en el tango nuevo de Pablo Inza y en la musicalidad de Horacio Godoy. En el camino se encontró con la técnica de contact improvisation y con la posibilidad de crear un nuevo estilo. Con Judit Somos fueron los primeros en enseñar esta técnica en Hungría. Abiertos a explorar nuevas formas comenzaron a dictar clases y talleres en 2010. Desde otoño de este año recibieron el apoyo de TRAFÓ (Casa de las Artes Contemporáneas), y dictan allí todos los meses distintos seminarios.
Coordenadas - Contact Impro Tango
Los pueden encontrar en el Facebook acá o acá. O en su página web.
Fotos: Gentileza Contact Tango Impro - Kinga Lakner y Tamás Boczkó
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gabi muy buen post!!!! me encantó, y me encantó que aprendas a bailar tango en budapest. cuánto glamour puede tener eso??? jajaajaj! beso!!!
ResponderEliminarEstimada Gabi:
ResponderEliminarMe gustaria publicar este articulo sobre Judit en nuestro proximo numero de El Quincenal. Que te parece? Nos das el ok?
Desde ya, muchas gracias,
Sebastian
http://www.quincenal.hu
Sebastián. Hola, no hay problema en publicarla poniendo el crédito del blog. Avisame cuando lo hagas asi le digo a Judit. Saludos, Gabi
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