Una de las cosas que más me gustan de Szentendre es que, pese a que está muy cerca de la ciudad, te permite sentirte por un ratito como si estuvieras de viaje. En esas calles empedradas la gente camina a otro ritmo. A sólo unos 30 o 40 minutos (en auto o en el tren de cercanías) es un paseo ideal para escaparse de la rutina una mañana o una tarde. A orillas del Danubio, esta pequeña ciudad brinda una gran oferta cultural con museos, galerías de arte contemporáneas y ateliers de artistas.
Reconozco que las calles del centro están demasiado orientadas al turismo: miles de productos típicos para vender a precios no muy accesibles (para ello es mejor el Mercado Central). Pero el secreto está en evitar estas tiendas y perderse por estrechas callecitas, sacar fotos a varias de sus Iglesias y a los edificios barrocos o sentarse a hacer un picnic a orillas del Río.
Como nadie es mejor que un local, les paso algunos recomendados de Szandra, mi adorable alumna de conversación de español:
-El Museo etnográfico al aire libre. Vale la pena chequear la agenda porque suele haber muchos eventos para niños y para adultos.
- Művészetmalom (Arte Molino), es un nuevo centro cultural de Szentendre. Ideal para ver una obra de teatro en verano o recorrer alguna interesante exhibición.
-La galería Erdész (que en español significa guardabosque) que, además de las diferentes exhibiciones de arte, ofrece una tienda para comprar joyas de diseños exclusivos, bolsos y accesorios (aunque no aptos para todos los bolsillos).
-Szamár hegy, una colina elegida por distintos artistas para vivir y tener su atelier. Allí además pueden tomar un té (son muy buenos y vienen en teteras individuales o para compartir) o una cerveza en Dalmát.
Cómo llegar: Hay muchas formas: en coche, en tren o hasta en barco. Acá las opciones. Para los más deportistas hay un circuito de bicisendas desde Budapest.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario