Hace tiempo que quería hacer un post sobre Bratislava, una escapada muy recomendable para los que pasan varios días por Budapest (está a 250 km). Aprovecho que ya escribí al respecto, y les paso un extracto de una nota que publiqué el año pasado en la Revista Rumbos de Argentina. Buen viaje!
La capital de Eslovaquia es un secreto para muchos. Lejos de los circuitos más populares, muchos viajeros llegan buscando encontrar nuevos puntos en el mapa. Bratislava también esconde una paradoja: es una de las ciudades más antiguas en cuanto a historia pero, a la vez, una de las capitales más nuevas de Europa. Una ciudad en transición, con una mezcla de pasados y presentes en cada esquina.
El Danubio parece fracturar la historia en dos. De una orilla el casco histórico, con antiguas iglesias, castillos y casonas. Del otro lado, con sólo cruzar un puente, aparecen edificios monocromáticos en bloque que recuerdan la época roja. “Una pequeña gran ciudad”, así la presentan en la Oficina de Turismo local. Y no se trata de una metáfora: con medio millón de habitantes es una de las capitales más pequeñas de Europa Central.
La historia de Eslovaquia es un fiel reflejo de la complejidad del siglo XX. En un principio parte del imperio austro-húngaro, formó un nuevo estado junto con la República Checa, después de la Primera Guerra Mundial, que duró desde 1918 hasta 1993 (a excepción de los años de la Segunda Guerra). Al finalizar la contienda, Checoslovaquia pasó a formar parte del régimen comunista, hasta la Revolución de Terciopelo y la caída de la Cortina de Hierro en 1999. Se independizó como país en 1993 y poco a poco va pisando más fuerte en la Unión Europea.
Itinerario. Bratislava y Viena (a sólo 60 kilómetros entre sí) hoy tienen convenios de cooperación que las convierten en ciudades gemelas. Además ambas forman un particular récord: son las dos capitales más cercanas entre sí en el mundo (sin contar Roma y el Vaticano). Ubicadas a orillas del Danubio, también se las puede unir por barco y hasta alojarse en alguno de los tres boteles (hoteles sobre el agua).
El castillo de Bratislava, en lo alto de una colina rocosa, es uno de los símbolos inequívocos de la ciudad. Otro de los lugares más turísticos es la Catedral de San Martín, una iglesia gótica del siglo XV en la cual once reyes húngaros y ocho consortes fueron coronados entre 1563 a 1830.
El Nuevo Puente, construido entre 1967 y 1972, cuenta con una torre de 95 metros de alto con una construcción en la cima emulando un plato volador. En su interior funciona el restaurant UFO (ovni en inglés). Después de subir 430 escalones (o un ascensor que completa el trayecto en 45 segundos), se accede a un espacio con una de las mejores vistas panorámicas. Los precios también son elevados, ya que es uno de los restaurantes más famosos.
Una de las grandes atracciones son las singulares estatuas que pueblan las calles históricas (por ejemplo la única que sale de una alcantarilla). En plan curiosidades también se puede pasar por la casa más angosta de Europa Central, en la calle Michaslká y con una fachada de sólo 130 cm.
Mirada. Lucy Mallows es una periodista de viajes y fotógrafa británica que escribió la primera guía inglesa sobre “la maravillosa, no descubierta y no debidamente valorada Bratislava”, editada por Bradt Guides (conocida por escribir sobre ciudades por fuera del circuito tradicional). “Me gusta el hecho de que Bratislava siempre está en las sombras de Praga, a veces es como un 'secreto' que sólo algunos viajeros conocemos. Pero también es molesta la sensación de desconocimiento. Mucha gente me pregunta '¿Es en Rumania?' o '¿Es la capital de Eslovenia?'”, detalla.
“Casi todas las guías le reservan a Eslovaquia y Bratislava sólo algunas páginas al final del ejemplar de República Checa. Mi idea era mostrarle al mundo lo que se estaban perdiendo”, se queja. “Para alguien que nunca ha estado en Bratislava, la describiría como un perfecto recreo de fin de semana. La Ciudad Vieja ha sido restaurada y recuperó su vieja gloria y sus calles peatonales, llenas de cafés, bares y restaurantes totalmente amigables con los turistas. Bratislava tiene el tamaño perfecto para recorrerla a pie, con muchos lugares para parar a disfrutar un café con una torta o la famosa cerveza eslovaca Zlaty Bazant. Cuando llega la primavera los camareros sacan las mesas afuera y la ciudad tiene una atmósfera casi mediterránea”.
Bratislava es una ciudad ecléctica: es una urbe moderna que poco a poco está pisando más fuerte en cuanto a eventos artísticos y culturales. Pero también es un fiel exponente del pasado y un paraíso del turismo arquitectónico. Un lugar en el que aun se puede vivir el silencio y la calma de una “pequeña gran ciudad”.
Fotos: Andras Petho
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Hola Gabi,
ResponderEliminarMuy buena entrada, como siempre. Yo hago mi pequeña aportación y te dejo el enlace a mi blog donde hablo de dos leyendas de Bratislava.http://mundokafkiano.blogspot.com/search/label/Bratislava
Un saludo,
Vanesa
Jo el blog es genial, muchas gracias, voy a ir a budapest y me ayuda un montón. Pero simplemente te puntualizao una cosilla jeje. las capitales más cercanas del mundo son kinshasha y Brazaville, que están una frente a la otra en la orilla del río Congo. No quiero ser quisquiloso, pero es que no es la primera vez que oigo ese dato, y no es correcto. Aún así, diremos que son las más cercanas en Europa, y eso sí que es incuestionable, creo yo!!
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