sábado, 11 de diciembre de 2010

Escapadas: Viena en Navidad

Es prácticamente imposible vivir en el hemisferio norte y no contagiarse con el espiritu navideño. Será porque la gente necesita excusas para salir de sus casas con el frío bajo cero. Serán las ganas de tomar un vino caliente rodeado de cálidas lucecitas de colores. En diciembre los mercados ganan las calles, con stands de artesanías y comidas con suficientes calorías para alimentarse durante todo un año.

Pero si de mercados navideños se trata, Viena lleva la delantera. A sólo unas dos horas de auto desde Budapest, es un destino ideal para esta época. En serio, y no lo digo yo. Caminando por las bellas callecitas austríacas por momentos no sabía si en realidad seguía en Hungría. Digamos que fue un excelente lugar para practicar el idioma magyar ;). Y además hay lugar para probar algunas especialidades como Kürtöskalács o Langos.

Muchos eligen hacer una parada estratégica por el Designer Outlet de Parndorf (a pasos de la frontera entre Austria y Hungría). Es como una mini ciudad con tiendas al aire libre. Los precios son variados, algunos muchos más convenientes que otros. Pero si les gusta ir de shopping, es una buena opción. Además hay algunas marcas que no hay por estas tierras.
Llegando a Viena, el mercado de Rathausplatz es un destino ineludible. Después de todo es el más antiguo y el más grande, en el corazón de la Municipalidad. Pero son esas mismas características las que, a mi humilde entender, le juegan en contra. Es imposible caminar, sacar fotos o parar a comer algo tranquilos. Si tienen la suerte de que los trencitos temáticos no les pasen por arriba, y que la marea de turistas los dejen acercarse a comprar un ponche, quizás van a poder ver con detalle lo que pasa alrededor.

Pero más allá de ir a los mercados famosos (siguiendo por ejemplo por el de Spittelberg o el del Castillo de Schönbrunn), los mejores son esos que te sorprenden a la vuelta de la esquina. Si salen a caminar sin rumbo por el centro, seguro van a encontrarse con algun callejón o plaza con un mercado improvisado. En el camino, no dejen de prestar atención a la decoración callejera que por momentos es asombrosa. Y, si tienen tiempo, claro, hay miles de museos con una oferta cultural envidiable. El domingo terminaba la muestra de Frida Kahlo y, pese a los varios grados bajo cero, la gente hacía cola en la calle. Bueno, ya saben: mucho abrigo, calzado adecuado, y una buena dosis de chocolate o ponche caliente.

Les dejo unas guías (en inglés). Acá o acá.
Pd: No sabía que los austríacos eran tan animal-friendly. Entraban con los perros a las tiendas sin ningún problema, y también viajaban en transporte público con sus mascotas.

Fotos: Andras Petho

1 comentario:

  1. Szia ! Muy buen articulo, quizas me escape a Viena, pero no sera para navidad, llegare para ver algun mercado abierto? jajaja.los acentos para el proximo comentario:P

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