
Sorprende un poco el título, pero juro que no es una exageración. A los húngaros les encanta la salsa: tanto que hay decenas de academias de baile, como Salsa Diabólica, que enseñan todos los estilos posibles en clases que pueden juntar más de sesenta personas. Hay una radio online, páginas de Internet, grupos de Facebook y foros online. Y, más allá de que muchos cubanos viven acá (registrados alrededor de 300), la movida está liderada por locales.
Para envidia de muchas otras capitales de Latinoamérica hay lugares para bailar todas las noches de la semana. Los lunes, martes y miércoles la escena salsera se concentra en Szilvuplé. La movida arranca a las 21 y, sobre todo los miércoles, es bueno ir temprano para poder disfrutar de una pista de baile un poco más despejada. ¿Lo mejor? No cobran entrada ni consumición mínima. El lugar es chico, pero el corazón es grande.
El Palacio de la Salsa, los sábados por la noche, es uno de los lugares más populares. Dos djs (un cubano y un italiano) pasan música con el acompañamiento de percusión en vivo y en directo. La entrada es de 1.000 forints (aproximadamente 5 euros). A las 21 hay una clase abierta, pero la noche con todas las letras arranca a las 23 y termina a las 3 de la mañana. El repertorio incluye salsa (cubana, portoriqueña y colombiana), timba, reggaetón, cubatón y la más romántica bachata.
Hace apenas dos semanas abrió Cubanita en una especie de club de barrio que le brinda un ambiente retro a esta salsera. La lista continúa. El calendario a veces es caprichoso y las cosas van cambiando mucho, así que lo mejor siempre es chequear online por si hay alguna modificación, por ejemplo, acá. También en la página de Salsa Lovers hay una agenda actualizada. Muchas de estas cosas pueden estar sólo en húngaro, pero no se asusten que aunque ni siquiera sepan cómo se dicen los días de la semana, van a entender el cuadro sin problemas.
Ni la nieve ni el frío interrumpen el baile pero es en primavera y en verano cuando la movida explota con lugares al aire libre y campamentos de salsa a la orilla de Balaton (un enorme lago a 100 kilómetros de Budapest, conocido como el "mar" de Hungría). Además, hay eventos y congresos internacionales como Cubame Mucho.
Dos cosas a favor para los viajeros que quieran meterse en el mundo de la salsa en Budapest. Una, que para bailar no hacen falta las palabras. Y, para la rueda de casino, las figuras se cantan en español. Palabras como "tornillo", "enchufa", "sombrero", "derecha" o "izquierda" se mechan entre otras casi imposibles de pronunciar. Además, no es raro toparse con algún húngaro que decide aprender castellano para poder entender un poco de qué hablan sus canciones preferidas.
Szilvuplé: Ó utca 33 (Distrito VI)
Cubanita: Csengery utca 68 (Distrito VI)
Palacio de la Salsa: Arany János utca 10 (Distrito V)