jueves, 23 de diciembre de 2010

Christmas traditions in Hungary

(Versión en Español: acá)

- How do they explain to Hungarian children that Baby Jesus brings the presents? How would a baby carry them? If Santa has reindeer, Baby Jesus has any mean of transportation?

These enlightening questions arose the other night (with the help of palinka) talking with two British friends. We were trying to understand some of the new Christmas traditions around us and this thing about Baby Jesus was not really clear. Taking in account our own childhood experiences, this new mythology seems a little bit strange and we assumed that for children might be easier to believe that a fat and bearded guy with eight reindeer carry all the packages and not a baby.
Anyway, you should not worry: in Hungary there is also a St. Nicholas (Mikulas), but his important day is on the 6th of December when he gives chocolates, oranges and tangerines to children who behaved well and a little branch to the mischievous ones.
Here they don´t eat Pannetone but Beigli, a Hungarian pastry full of poppy seeds and szaloncukor. It is common to have some kind of fish for the Christmas dinner and after that they can open the presents. They don´t have to wait until midnight!
New Year’s Eve is a time to be with friends. One important thing: if you want to be sure that your finances are going to be good you should eat lentils. The reason? The shape, similar to coins, represents money. This year I won´t forget to have some!

This post has been entered into the Grantourismo and HomeAway Holiday- Rentals travel blogging competition.

domingo, 19 de diciembre de 2010

De costumbres y tradiciones: las fiestas en Hungría

(English version: here)

-¿Cómo les explican a los niños húngaros que el Niño Jesús les trae los regalos? ¿Cómo haría un bebé para llevarlos? ¿Si Papá Noel tiene renos, el Niño utiliza algún medio de transporte?

Estas, y otras preguntas esclarecedoras, surgieron la otra noche (palinka de por medio), con dos amigas británicas (aunque mitad española una, y la otra mitad neozelandesa). Claro, todas estábamos tratando de entender algunas de las nuevas costumbres navideñas que nos rodean. Y esto del Niño Jesús nos trajo muchas dudas. Por nuestras propias experiencias infantiles nos resulta un poco extraña esta nueva mitología y suponemos que es más fácil que un niño crea que un gordo barbudo con ocho renos cargue todos los paquetes, y no un bebé.
De todas maneras no se preocupen: en Hungría también existe San Nicolás (Mikulas), pero no cobra protagonismo el 24, sino el 6 de diciembre. Ese día basicamente la gente regala chocolates, naranjas y mandarinas (a los que se portaron bien durante el año) y a los más traviesos les toca una ramita (o las dos cosas).
Otra diferencia, al menos con Argentina, es el momento de armar el arbolito. Mientras que acá recién se coloca el 24, allá la norma es ponerlo el 8 (el día de la virgen). Una linda sorpresa es que además de los clásicos adornos, se cuelgan unos chocolates especiales que se venden sólo para esta época (szaloncukor). Si viajan para esta época seguro los van a probar, porque es muy común que los regalen en las tiendas después de comprar algo.
Muchos también siguen la costumbre del calendario de adviento y todos los días los niños reciben un regalito. Si se fijan, en la plaza de Vörösmarty, frente al principal mercado navideño, van a poder verlo en la tradicional confitería Gerbaud.
Acá tampoco se come Pannetone (Pan Dulce) o turrón, pero lo que nunca puede faltar es el beigli lleno de semillitas de amapola (una marca registrada por estas tierras). La cena del 24 en general se hace un poco más temprano, y muchas familias eligen comer algo con pescado (sopa o plato principal). Después es la hora de abrir los paquetes. Esto es bueno para los ansiosos, ya que no hay que esperar a la medianoche. Acá la Navidad es una celebración familiar, y después del brindis y la comida no hay fiestas o cosas por el estilo.
Por el contrario, Año Nuevo es el momento de estar con amigos y no en familia. En general la gente se junta en una casa o sale a bailar. Para esa fecha, para asegurarse que vendrán momentos prósperos económicamente, hay que comer lentejas (esto lo supe recién este año!). ¿La explicación? Parece que la forma es similar a las monedas, y de ahí la alegoría con el dinero. Por las dudas, este año ya estoy preparando un guiso! :)

¿Qué otras costumbres conocen en Hungría? ¿Hay muchas diferencias con sus propios países?

sábado, 11 de diciembre de 2010

Escapadas: Viena en Navidad

Es prácticamente imposible vivir en el hemisferio norte y no contagiarse con el espiritu navideño. Será porque la gente necesita excusas para salir de sus casas con el frío bajo cero. Serán las ganas de tomar un vino caliente rodeado de cálidas lucecitas de colores. En diciembre los mercados ganan las calles, con stands de artesanías y comidas con suficientes calorías para alimentarse durante todo un año.

Pero si de mercados navideños se trata, Viena lleva la delantera. A sólo unas dos horas de auto desde Budapest, es un destino ideal para esta época. En serio, y no lo digo yo. Caminando por las bellas callecitas austríacas por momentos no sabía si en realidad seguía en Hungría. Digamos que fue un excelente lugar para practicar el idioma magyar ;). Y además hay lugar para probar algunas especialidades como Kürtöskalács o Langos.

Muchos eligen hacer una parada estratégica por el Designer Outlet de Parndorf (a pasos de la frontera entre Austria y Hungría). Es como una mini ciudad con tiendas al aire libre. Los precios son variados, algunos muchos más convenientes que otros. Pero si les gusta ir de shopping, es una buena opción. Además hay algunas marcas que no hay por estas tierras.
Llegando a Viena, el mercado de Rathausplatz es un destino ineludible. Después de todo es el más antiguo y el más grande, en el corazón de la Municipalidad. Pero son esas mismas características las que, a mi humilde entender, le juegan en contra. Es imposible caminar, sacar fotos o parar a comer algo tranquilos. Si tienen la suerte de que los trencitos temáticos no les pasen por arriba, y que la marea de turistas los dejen acercarse a comprar un ponche, quizás van a poder ver con detalle lo que pasa alrededor.

Pero más allá de ir a los mercados famosos (siguiendo por ejemplo por el de Spittelberg o el del Castillo de Schönbrunn), los mejores son esos que te sorprenden a la vuelta de la esquina. Si salen a caminar sin rumbo por el centro, seguro van a encontrarse con algun callejón o plaza con un mercado improvisado. En el camino, no dejen de prestar atención a la decoración callejera que por momentos es asombrosa. Y, si tienen tiempo, claro, hay miles de museos con una oferta cultural envidiable. El domingo terminaba la muestra de Frida Kahlo y, pese a los varios grados bajo cero, la gente hacía cola en la calle. Bueno, ya saben: mucho abrigo, calzado adecuado, y una buena dosis de chocolate o ponche caliente.

Les dejo unas guías (en inglés). Acá o acá.
Pd: No sabía que los austríacos eran tan animal-friendly. Entraban con los perros a las tiendas sin ningún problema, y también viajaban en transporte público con sus mascotas.

Fotos: Andras Petho