domingo, 31 de enero de 2010

Budapest: capital de la salsa en Europa Central. A bailar!


Sorprende un poco el título, pero juro que no es una exageración. A los húngaros les encanta la salsa: tanto que hay decenas de academias de baile, como Salsa Diabólica, que enseñan todos los estilos posibles en clases que pueden juntar más de sesenta personas. Hay una radio online, páginas de Internet, grupos de Facebook y foros online. Y, más allá de que muchos cubanos viven acá (registrados alrededor de 300), la movida está liderada por locales.
Para envidia de muchas otras capitales de Latinoamérica hay lugares para bailar todas las noches de la semana. Los lunes, martes y miércoles la escena salsera se concentra en Szilvuplé. La movida arranca a las 21 y, sobre todo los miércoles, es bueno ir temprano para poder disfrutar de una pista de baile un poco más despejada. ¿Lo mejor? No cobran entrada ni consumición mínima. El lugar es chico, pero el corazón es grande.
El Palacio de la Salsa, los sábados por la noche, es uno de los lugares más populares. Dos djs (un cubano y un italiano) pasan música con el acompañamiento de percusión en vivo y en directo. La entrada es de 1.000 forints (aproximadamente 5 euros). A las 21 hay una clase abierta, pero la noche con todas las letras arranca a las 23 y termina a las 3 de la mañana. El repertorio incluye salsa (cubana, portoriqueña y colombiana), timba, reggaetón, cubatón y la más romántica bachata.
Hace apenas dos semanas abrió Cubanita en una especie de club de barrio que le brinda un ambiente retro a esta salsera. La lista continúa. El calendario a veces es caprichoso y las cosas van cambiando mucho, así que lo mejor siempre es chequear online por si hay alguna modificación, por ejemplo, acá. También en la página de Salsa Lovers hay una agenda actualizada. Muchas de estas cosas pueden estar sólo en húngaro, pero no se asusten que aunque ni siquiera sepan cómo se dicen los días de la semana, van a entender el cuadro sin problemas.
Ni la nieve ni el frío interrumpen el baile pero es en primavera y en verano cuando la movida explota con lugares al aire libre y campamentos de salsa a la orilla de Balaton (un enorme lago a 100 kilómetros de Budapest, conocido como el "mar" de Hungría). Además, hay eventos y congresos internacionales como Cubame Mucho.
Dos cosas a favor para los viajeros que quieran meterse en el mundo de la salsa en Budapest. Una, que para bailar no hacen falta las palabras. Y, para la rueda de casino, las figuras se cantan en español. Palabras como "tornillo", "enchufa", "sombrero", "derecha" o "izquierda" se mechan entre otras casi imposibles de pronunciar. Además, no es raro toparse con algún húngaro que decide aprender castellano para poder entender un poco de qué hablan sus canciones preferidas.

Szilvuplé: Ó utca 33 (Distrito VI)
Cubanita: Csengery utca 68 (Distrito VI)
Palacio de la Salsa: Arany János utca 10 (Distrito V)

jueves, 28 de enero de 2010

Todo lo que usted quiso saber sobre la Paprika en Hungría...

Hay símbolos que identifican a un país. A veces es un edificio, un puente, un baile o un artista. En el caso de Hungría, aunque es sólo una apreciación personal y no hay datos oficiales, podríamos decir que algo tan simple como la paprika es un ícono nacional.
Claro, existe en muchos otros países. Bajo distintas denominaciones -pimiento, ají, ají-morrón-, casi todos tienen su propia paprika. Pero me animo a decir que en ningún lado hay tantas pero tantas variedades como acá: distintas formas, tamaños o rellenos. Se come para el desayuno, el almuerzo o la cena. Hay opciones picantes para los más valientes.

Hay recetas que llevan su nombre como el tradicional "Pollo a la paprika" o el "Gulash" (el plato nacional). Hay conservas agridulces y cherry paprika. También la versión en polvo (el pimentón). Y, juro que probé la reciente creación de un cheff: helado de paprika y frutilla. Bueno, mucho más se podría decir: como que es rica en vitamina C, que se usa para producir palinka (una bebida alcohólica húngara, que se merece un post aparte) o que hay artesanías o productos de decoración con forma de morrón.

Tan popular es que hasta hay un canal de televisión que lleva su nombre: Paprika TV (No hace falta que le digan cuál es el logo, no?). Pero esto no es todo, el multimedios de la popular verdura también tiene su revista.
Breve curso gourmet acelerado: Para los que quieran seguir explorando este nuevo mundo, hay una enciclopedia online (en inglés) bastante ilustrativa. Tomen lapiz y papel para aprender la diferencia entre:
Almapaprika: con forma de pera y muy picante.

Cseresznyepaprika (a ver quién se anima a pronunciar esto!): también muy picante.
Erős Pista: una pasta que suele estar en las mesas de los restaurants para aderezar las comidas.
Erőspaprika: picante, un clásico. Original de Sudamérica, se trajo a Europa en la época de Colón y se usa desde 1560.

Kaliforniai paprika: en general se come cruda y tiene un toque dulzón (es una de las más usuales en el mundo).
TV Paprika (como nuestro canal amigo): en realidad el nombre completo es Tölteni való paprika
y la traducción sería "para rellenar"(por ejemplo, con carne).

Bueno, dejando la faceta Narda Lepes (o la más internacional Jamie Olivier) vale aclarar que no todo es gastronomía. Hace algunos años en Hungría se generó lo que podría bautizarse como un Paprikagate cuando se detectaron partidas contaminadas. En su momento corrieron todo tipo de rumores y hasta se llegó a hablar de una conspiración internacional para destruir las exportaciones húngaras. Otros, simplemente creen que se usó un colorante tóxico para mejorar la apariencia y aumentar las decaídas ventas. La pregunta repetida, sobre todo por los cocineros y amas de casa, era como seguir con la cocina hungara sin uno de sus ingredientes fundamentales.

Aclaración: La locación para la producción de paprika fue un mercado en Buda, a pasitos del shopping Mammut. Es un lugar cero turístico donde intentar comprar algo en otro idioma que no sea el húngaro puede poner a prueba nuestras habilidades en el "Dígalo con mímica". Pero lo que parecía una misión sencilla -sacar fotos a cuanta verdura se topara en el camino-, no lo fue tanto cuando un guardia de seguridad advirtió sobre la prohibición de usar cámaras. Por suerte ya había suficientes imágenes para ilustrar el post. Asi que, consejo: si quieren conocer un real mercado en Budapest y sacar fotos, traten de ser disimulados.

martes, 26 de enero de 2010

Caminando por la avenida Andrássy

Andrássy utca es mucho más que una Avenida en Pest. Es el recorrido indispensable para aquellos que tienen el dinero suficiente para comprar en las tiendas más exclusivas -Armani, Louis Vuitton, Dior, Burberry o Dolce & Gabanna, para nombrar sólo algunas-, o comer en los restaurantes más top.
Pero no es necesario tener una billetera repleta de euros para salir a caminar por Andrassy. Y, además, hay restaurantes que ofrecen un menú para el almuerzo bastante accesible. Sólo hay que buscar un poco.
Una buena idea para descansar un ratito es entrar a la tienda de Nespresso. Este local es una sorpresa no sólo por lo lindo (sumado a la nueva campaña con George Clooney que le aporta un poco más de belleza), sino porque una pequeña barra te invita a tomar un café por alrededor de 100 forints (como 30 centavos de euro), o sea el precio de la pequeña cápsula que identifica a la marca.


Después (o antes) del cafecito se puede seguir con el recorrido. Justo en diagonal está el imponente edificio de la Opera de Budapest.


Pero Andrássy es mucho más. Hay quienes ven un parecido entre esta calle húngara y la porteña Avenida de Mayo en Argentina. Es más, hay otros rincones similares, como la calle Alkotmány cerca del Parlamento, que fue usada como locación en la película Evita de Alan Parker. Varias escenas del film fueron filmadas en una Hungría disfrazada de Buenos Aires.


Siguiendo por la avenida, en la parte que se convierte en un boulevard, está el Museo del Terror (Terror Haza), ideal para quienes quieran aprender un poco más de historia. Y, porqué no, entender más a los húngaros y esa personalidad un poco pesimista forjada luego de dos invasiones en el siglo XX (primero a manos de los nazis y luego a manos de los soviéticos) y una frustrada revolución en 1956.
El recorrido incluye un mapa interactivo que muestra como año a año el país fue perdiendo parte de su territorio, pasando del gran imperio austro-húngaro a un pequeño país de 93 mil kilómetros cuadrados (sin salida al mar). El edificio tiene además un alto valor histórico: allí funcionó el cuartel del partido Nazi y luego la sede del Servicio Secreto comunista.
Andrássy es además una avenida bike friendly, con una bicisenda de las más lindas de Budapest, que termina en el City Park, un espacio verde con varios museos, un zoológico, la Plaza de los Héroes y el Széchenyi Spa, uno de los baños con aguas termales más concurridos de la ciudad. Pero eso es otra historia (o, mejor, otro post).

viernes, 22 de enero de 2010

Sugar!

Golosinas + diseño: Sugar es un combo tentador. Pero, antes de seguir, una advertencia: no es un lugar típico de Budapest. Y, con sólo entrar, parece transportarte a Times Square en Nueva York. Pero Sugar no sólo está en Hungría sino que tiene dos sucursales. Y, me arriesgo a decir, es una de las tiendas más trendies de Budapest, digna de estar en sitios como The Cool Hunter.
Bueno, entonces, para el que tenga vía libre, y, además de conocer lugares húngaros, tenga ganas de darse una vuelta por otro lado, esta es una opción. Es un viaje de ida a un mundo al estilo "Charly y la fábrica de chocolate": repleto de caramelos de todas las formas y colores, chupetines que son el sueño de todo niño y unas cosas dulces que te desafían a comerlas todas en una sola tarde.



El local de la calle Paulay Ede utca (utca=calle) está en pleno centro de la ciudad, a pasitos de Octogon (uno de los puntos neurálgicos de Budapest). En la planta baja está la tienda junto a una cafetería y -un detalle no menor para cuando llegue el verano-, una heladería. En el mostrador se destacan dulces como la torta "Paris Hilton" y, lo último de lo último en Europa, los smoothies ("un smoothie es una bebida no alcohólica preparada a base de frutas totalmente naturales. Fruta y nada más", Wikipedia dixit).
También hay Wifi, aunque no parece el lugar indicado para aquella persona que busque calma para trabajar o chequear mails. El día de la visita un grupo de entusiastas adolescentes imprimía un estilo más cercano a "High School musical" que a un coffee shop neoyorquino (pero, será cuestión de suerte). En el local de la calle Petőfi -un poco más lejos del centro-, hay además computadoras y un espacio de juego para chicos.


Advertencia II: si deciden conocer Sugar, no dejen de ir al baño. Si, es una recomendación un poco excéntrica, pero no se van a arrepentir. Es más, En Budapest fue testigo de una escena singular. "¿Podemos entrar a conocer el baño de hombres?", le pidieron dos chicas a la camarera que, lejos de mostrarse sorprendida, les dijo que no había problemas. Pero no se preocupen muchachas, no es necesario que lleguen a tanto, un enviado especial del sexo masculino pudo sacar fotos para compartir en este blog.





Sugar es además un espacio lleno de cosas importadas, de esas que también se ven en páginas de tendencias. Claro, esos mismas cosas que nunca pensaste que ibas a querer, hasta que las ves acá. (Y, lo que te gustan es inversamente proporcional a su utilidad). A modo de ejemplo, un pequeño listado:
-Basta de velitas de cumpleaños con números, rosas, azules o, como mucho, amarillas. "Lost Count", "Thirty-ish" (esa me tocó un poco de cerca!), "29 again" (esa aún más!), "Young at heart" o "You are old".
-Lipgloss para "entender a tu madre al instante" o "comunicarte de forma efectiva con tu padre" (si, si, no tiene mucho sentido, pero al menos es una idea simpática). "As seen on tv", agrega el packaging.
-Una de las colecciones Kitty más completa que vi en los últimos tiempos y aros con forma de golosinas, helados y caramelos.
Bueno, la lista es enorme. Los exigentes pueden seguir mirando acá. Después me cuentan cómo terminó su nivel de azúcar en sangre!

Petőfi utca 35 (distrito IV)
Paulay Ede utca 48 (distrito VI)

jueves, 21 de enero de 2010

Castro Bisztro


Castro Bisztro está siempre lleno. Y eso habla de algo. Es un lugar especial, en el centro de Pest, popular tanto para turistas como locales. Y, pese a lo que su nombre indica, no hay signos de comida cubana en su menú.
Para almorzar o cenar hay especialidades serbias y un gran menú vegetariano. Imperdible el Csevapcsicsa (una especie de albóndigas de carne de vaca o cerdo), acompañado con papas fritas o arroz. Y, para el postre, si lo serbio ya fue suficiente, se puede ir por algo húngaro como Túrós palacsinta vanília öntettel, o sea, un panqueque relleno con queso cottage, pasas de uva y bañado con una salsa de vainilla. Igual a no preocuparse, muchos de los bares y restaurants se apiadaron un poco de nosotros y tienen menú en inglés.


Pese a lo amplio de su menú, en realidad Castro no es un restaurante. Es un bar ideal para tomarse un capuccino (pasó la prueba de la espuma de En Budapest) o la previa con amigos, cervezas y tragos. Las paredes llenas de cuadros, postales y fotos completan una atmósfera especial.
No apto para quienes que no soporten el humo: Castro comprueba que a los húngaros les encanta fumar. Detalle importante: hay Wifi, dos computadoras para uso libre de los clientes y una gran variedad de guías, revistas gratuitas y folletos para enterarte de lo último de lo último en Budapest.

Madách tér 3 (Distrito VII)

martes, 19 de enero de 2010

¿Qué hace la gente cuando nieva?


En Budapest la nieve es parte del paisaje invernal. "En Londres cae un copo y se paraliza la ciudad", dicen los que saben. Pero en Hungría no sólo sigue la vida cotidiana sino que se disfruta de comienzo a fin. (Bueno, no tanto al fin, cuando la nieve se mezcla con la tierra y el blanco inmaculado ya no lo es tanto, pero la idea del post no es mostrar el lado B).
Para la primera nevada los autos ya están todos preparados con las cubiertas especiales y las herramientas indispensables para despejar los vidrios y parabrisas. Un tema menos del que preocuparse. Y, pala en mano, limpiar la vereda puede ser una tarea hasta divertida y de unión vecinal y comunitaria. O al menos eso parece en esta foto. Pero hay que confesar que en realidad despejar la vereda de las viviendas es obligatorio y hay multas para los infractores (Lado B de nuevo).



La nieve, podría decirse, es uno de los eventos más esperados por todos los chicos (y algunos grandes). Y, ahora, en vez de ir a jugar a una plaza con las hamacas, la idea es ir a un parque con las colinas suficientes para deslizarse con trineo, culipatín, o lo que se encuentre a mano. Los colegios organizan excursiones invernales y los padres se toman un recreo para jugar. Tirarse bolas de nieve es uno de los deportes más repetidos en todas las calles.




Uno de los lugares ideales para disfrutar mientras nieva es Normafa, un bosque en las colinas de Buda, elegido por muchísimos locales para hacer caminatas y relajarse los fines de semana. Poco turístico, es ideal para sentirse parte del ritmo de la ciudad. Y, si la nieve es suficiente, hasta hay quienes se animan a esquiar o hacer snowboard. Recomiendo parar en alguno de los puestos del parque para tomar un té o café con leche acompañado por un rétes, una especialidad húngara con relleno de manzana, semillas de amapola (un clásico de la pastelería húngara, casi todo puede venir con estas semillas) o cerezas (entre otras opciones).



También hay pistas para patinar al aire libre y sentirse protagonista de una película navideña. Y, para los que estamos menos acostumbrados a la nieve, aconsejo detenerse un rato a ver las infinitas formas geométricas que adopta cada copo. No es sólo un símbolo, los copos, antes de que toquen el piso, son así!. Y, además, pueden ser una obra de arte. No hay más excusas para salir!

domingo, 17 de enero de 2010

Una imagen


Por más que uno se esfuerce, busque todos los adjetivos posibles del diccionario, describa al detalle hasta la mínima idea, el viejo dicho de una imagen vale más que mil palabras es más que un cliché. Y esta postal panorámica e interactiva de Budapest, tomada por la lente de Gilles Vidal desde el Castillo de Buda, es impresionante. ¿Para qué seguir escribiendo entonces?

miércoles, 13 de enero de 2010

Por las colinas de Buda



Muchas veces lo mejor es dejar el mapa de viajes de lado, aunque sea por un rato. Y ese es el mejor plan para dedicarse a caminar, sin rumbo fijo, las colinas de Buda. Subir y bajar cuestas, sorprenderse con escaleras en el medio de una ciudad, explorar tiendas de barrios, ver chicos a la salida de la escuela o comprobar que Budapest es la ciudad con mayor cantidad de peluquerías, solariums y salones de belleza por metro cuadrado!
Así, de repente, podés encontrarte con una hermosa postal, muy cerca del Margit Hid (Húngaro básico cartográfico: Hid=Puente). Gül Baba utca es una calle de sólo una cuadra que te puede transportar en un segundo a otra ciudad (podría ser Italia). Y también te hace preguntarte como es la vida cotidiana de los vecinos de esta cuesta super empinada que tienen que hacer ejercicio hasta cuando quieren salir de su casa a comprar el pan. Después de perderte por las colinas de Buda, podés volver a agarrar el mapa, y bajar hasta el Danubio para descansar un poco en algunos de los bancos y disfrutar de la vista panorámica.

lunes, 11 de enero de 2010

Comida china




Momotaro Ramen es uno de esos lugares infaltables. Es un restaurant donde se sirve comida china de verdad. O sea, una variada gama de opciones más allá de los conocidos chaw fan o chop suey. Y, para sumar puntos, es english-friendly (si amigos, olvidense de usar el español en Budapest, es muy díficil encontrar alguien que lo hable) y los precios también son bastante amigables.
¿Un buen plan? Arrancar el día con una de las visitas guiadas al Parlamento (uno de los edificios más imponentes), y después descansar un poco comiendo algún suculento plato luego de una sopa caliente y reparadora. Recomendable el pollo agridulce, pero la lista es larga! Prueben ustedes y después nos cuentan sus opciones!
La mejor opción es elegir el salón que está apenas se abre la puerta. Minimalista, con mesas pequeñas y bancos al mejor estilo comedor. Para recibirte, un rico té ideal para acompañar la comida. Pero, sino tenés suerte de encontrar lugar allí, hay un salón mucho más grande del otro lado de una puerta (acá ya el té no corre como gentileza de la casa).

Momotaro Ramen: Széchenyi utca 16 (1054)

miércoles, 6 de enero de 2010

Graffitis en Budapest


En las paredes, claro. Pero también en las vidrieras, en los carteles, en las señales de tránsito y hasta en el suelo o las escaleras mecánicas del metro (si, si, en cada escalón!). Los graffitis forman parte del paisaje urbano en Budapest, casi tanto como el emblemático Chain Bridge iluminado sobre el Danubio. Y casi tanto que los propios habitantes por momentos parecen olvidarlos. Claro, hasta que algún turista asombrado se los recuerda. Podría pensarse que la Budapest postcomunista es una ciudad tatuada.
Pero así como día a día se suma una nueva pintada a la geografía urbana, también hay gente dedicada a combatirlas. En la capital húngara hoy borrar los graffitis es una empresa redituable, y ya son varias las compañías que ofrecen desde limpieza de fachadas hasta productos antigraffiti.
Caminando por la calle, uno puede encontrarse con una escena así. La duda, claro está, es cuanto tiempo durará el blanco inmaculado en ese edificio antes que alguien, aerosol en mano, decida volver a estampar su firma.



Para algunos las pintadas son antiestéticas, para otros es un arte, como para Tish, que ya puso manos a la obra en el servicio de transporte público local. Quizás, con un poco de suerte, uno pueda subirse a alguno de esos vagones de tren o de metro...

Acá (lo dejé para el final) un video de pintadas en acción: